Altas temperaturas agravan enfermedades cardiovasculares y respiratorias, ¿cómo hacerles frente?

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Altas temperaturas agravan enfermedades cardiovasculares y respiratorias, ¿cómo hacerles frente

 

Si la temperatura corporal se eleva por encima de los 38 grados, los efectos en la salud podrían abarcar deshidratación, calambres, desmayos, golpes de calor, arritmias e incluso el agravamiento de patologías previas, e inclusive, la muerte. El jefe de Urgencia de Nueva Clínica Cordillera, Dr. Benjamín Tardel, explica el impacto de la llegada de las altas temperaturas y cómo evitar sus consecuencias.

Santiago, diciembre de 2022.- Sí bien, aún no ha llegado oficialmente el verano, pero las constantes olas de calor que ya están viviendo los chilenos y chilenas nos indican que el cambio climático es una realidad. ¿Sabías que el calor podría tener un efecto negativo en la salud humana?

Un estudio liderado por la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, evidenció que en las ciudades las temperaturas tienden a ser más altas que en el campo, debido a la falta de vegetación, a la proliferación del cemento, asfalto y otras superficies impermeables que concentran el calor denominado “efecto térmico de isla”. El problema es que este fenómeno aumenta la morbilidad y la mortalidad, e impacta en el rendimiento de las personas, agravando incluso las enfermedades crónicas.

Las temperaturas extremas son responsables de más de cinco millones de muertes adicionales cada año a nivel global, según indica un estudio publicado por The Lancel Planetary Health. De hecho, el 9,43% de la mortalidad se puede atribuir a este factor y América en particular, registra un 7,7%.

Entonces, ¿cómo reacciona nuestro cuerpo ante los cambios bruscos de temperatura? El Dr. Benjamín Tardel, jefe de Urgencia de Nueva Clínica Cordillera, lo explica: “Conforme suben las temperaturas, nuestro cuerpo reacciona intentando adaptarse al calor, es decir, activa unos determinados mecanismos para regular el termostato interno y mantener la temperatura dentro de unos límites aceptables. En el caso de un individuo sano, la temperatura corporal estándar ronda los 37 grados.

“A medida que suben las temperaturas, nuestro cuerpo empieza a trabajar para equilibrar la carga de calor. Para ello, el primer paso es el aumento de la frecuencia cardíaca, lo que permite bombear más sangre hacia la piel y las extremidades. De ahí una mayor producción de sudor, el mecanismo del cuerpo para enfriarse. De esta manera el cuerpo empieza a trabajar para evitar el colapso por la subida de las temperaturas”, agrega.

El Dr. Tardel, asegura que durante los períodos de temperatura excesivas y olas de calor, tanto la mortalidad como el número de ingresos hospitalarios aumentan al agravar enfermedades cardiovasculares y respiratorias sobre todo en adultos mayores. “Así mismo, los niveles de polen y otros aeroalérgenos son más elevados con altas temperaturas, lo que puede desencadenar episodios de asma”.

Golpes de calor

Lo cierto es que, si la temperatura corporal se eleva por encima de los 38 grados, los efectos en la salud podrían abarcar deshidratación, calambres, golpe de calor, síncope por calor (episodio de desmayo), arritmias, hasta el agravamiento de enfermedades previas y la muerte.

“Si llegamos al punto en que nuestro cuerpo se ve expuesto a un calor extremo, llegando a rondar los 40 grados de temperatura interna, podemos sufrir un golpe de calor. Éste se caracteriza por dos principales síntomas: aumento de la temperatura corporal (hipertermia) por un lado y afectaciones al sistema nervioso central por el otro. De ahí que las primeras señales de que nuestro cuerpo colapsa ante el calor sean una sensación de calor extremo unido a un cuadro de malestar general”, explica el jefe de Urgencia de Nueva Clínica Cordillera.

Los grupos de riesgo apuntan a enfermos crónicos, personas mayores y ancianos, personas con obesidad y otras patologías, personas que consumen drogas o alcohol o que están en tratamiento con determinada medicación, y colectivos laborales bajo condiciones térmicas extremas.

Teniendo en cuenta que las temperaturas continuarán subiendo, el especialista entrega las siguientes recomendaciones para afrontar estos cambios drásticos en la sensación térmica y posibles golpes de calor:

  • Protegerse del sol y evitar su exposición. Usar lentes de sol, sombrero y ropa holgada de colores claros, preferiblemente de lino o algodón.
  • Beber líquido en abundancia. Si realiza ejercicios intensos en un ambiente caluroso, beba de dos a cuatro vasos cada hora. No beber líquidos que contengan cafeína o grandes cantidades de azúcar.
  • Si va a la playa, báñese con frecuencia y humedezca su cabeza. Evite exponer a niños y ancianos al sol en exceso.
  • Evite salir a la calle entre las 11:00 y las 17:00 horas, priorice horarios matutinos o atardecer. Busque zonas con sombra si permanece en la vía pública o lugares climatizados para permanecer a ratos.
  • Coma alimentos frescos como raciones de fruta o jugos naturales y evite comidas pesadas, fuertemente condimentadas o muy calientes.
  • Uso de bloqueador, factor 50, y repetirlo cada tres a cuatro horas.

El doctor, puntualiza la importancia de solicitar ayuda médica en caso de que se presente una temperatura mayor a 40°, pérdida de conciencia y convulsiones, situación en la que las personas pueden acudir a nuestros Servicios de Urgencia.

 
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Equipo Prensa Portal Red Salud

   

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