Parece una obviedad decirlo, pero la salud física y mental está directamente relacionada con los alimentos que ingerimos día tras día. Esto ha sido comprobado a lo largo del tiempo una y otra vez por la medicina. Ya sea por la promesa de lucir unos años más jóvenes, por mantener la fuerza física y la resistencia o por prevenir las enfermedades y achaques que nos amenazan —aún a temprana edad—, muchas personas se han sumado a la ola de llevar una alimentación orgánica.
Pero, tal como los juegos en línea de Awintura casino, es más que una moda. Gente de todas las edades, géneros y clases sociales hoy está consciente de que es imperativo mantener un balance en lo que se come, si es que se quiere gozar de bienestar por más tiempo.
Tengamos presente que una dieta equilibrada no equivale a platillos insípidos y mucho menos a tener que repetir siempre el mismo menú. Por el contrario, se trata de incorporar más alimentos naturales y comida casera, junto a menos ingredientes procesados. Así que ya sabes: aléjate un poco en el supermercado de esos empaques que vienen repletos de sellos advirtiendo sobre peligros.
¿Por qué debemos comer variado y mejor?
Las ventajas de comer de forma balanceada no se pueden parar de contar. Prácticamente no hay un área de nuestra vida que no se vea beneficiada por esta iniciativa. Repercute para bien en nuestra economía, apariencia física, estado de ánimo, productividad laboral, regularidad del sueño, creatividad y salud en general. Repasaremos en seguida cuáles son los principales beneficios que obtenemos al ingerir alimentos de calidad todos los días:
Mantiene nuestra energía a tope durante más tiempo
Los alimentos naturales, altos en vitaminas como la B y la D, son el combustible que necesita el organismo para estar activo durante más horas. No en vano son los preferidos por los deportistas en su rutina alimenticia.
Hablamos de nutrientes fundamentales para aquellos trabajadores con jornadas extensas y exigentes. Como plus, estos alimentos ayudan a desarrollar y mantener una musculatura firme y un cuerpo atlético con funcionamiento óptimo.
La vitamina B abunda en los productos cárnicos como el cerdo, la res y el pollo. También en los huevos y en ciertos pescados como la sardina, la trucha y el salmón. Otra fuente de este nutriente son los cereales: el trigo, la avena y el arroz la contienen.
Así también las legumbres: garbanzos, lentejas, habas, guisantes, frijoles… y algunas frutas: el aguacate y el plátano. Por su parte, la vitamina D se concentra en pescados altos en grasas como los antes mencionados, la amarilla del huevo y los quesos.
Previene cardiopatías y enfermedades del sistema circulatorio
El sistema circulatorio tiende a deteriorarse, mucho antes de lo que correspondería por edad, con el sedentarismo y los malos hábitos alimentarios. En primer lugar, hay que señalar que la ingesta exagerada de sal —es decir, de sodio— es una de las principales causas de enfermedades comunes como la hipertensión. Por ello, la dosis diaria de este condimento no debería sobrepasar los 5 gramos.
Vigila también los aderezos y las salsas que contengan mucho sodio. Como ya hemos dicho, no se trata de eliminar la sal para siempre, sino de ser conscientes con su consumo y moderar nuestras ansias.
Por otra parte, es un hecho que mantener elevados los niveles de colesterol en la sangre afecta, para mal, la salud del corazón. Para contrarrestar esto, lo mejor es incluir en nuestros platos cereales. Pero, ojo allí, no los procesados, sino integrales: avena, cebada, trigo, entre otros.
Conserva la piel sana y da una apariencia juvenil
El órgano más grande de nuestro cuerpo y que funge como barrera entre los otros y el mundo exterior debe ser cuidado con esmero. Por ello, más que una cuestión estética, ingerir alimentos que sean beneficiosos para la piel es imperativo para la buena salud en general. Además ¿quién no apuesta por verse fresco y terso ante el espejo?
Para que esto sea posible hay que llevar una dieta rebosante de vitaminas como la A y la C y en otros nutrientes como el zinc, el yodo y la niacina.
Los alimentos que son favorables para el bienestar de la piel incluyen: pescados (en especial el atún y el salmón), la zanahoria, los pimientos, los frutos secos (los cacahuates son excelentes) y, sorprendentemente, el chocolate. Eso sí, intenta que sea chocolate oscuro y reducido en azúcar.
Reduce el estrés y calma la ansiedad
La salud de la mente también se ve ampliamente favorecida por la ingesta regular de determinadas comidas. Por ejemplo, los garbanzos, los frutos secos (preferiblemente las almendras), las frutas variadas, el té verde, los arándanos, el chocolate oscuro y la cúrcuma. Todos estos contienen vitaminas y sustancias como el triptófano (en el caso de las legumbres) que contribuyen a elevar los niveles de serotonina y otros neurotransmisores reductores del estrés.
Por su parte, los ultraprocesados y todo lo que contenga exceso de azúcar blanca −como los refrescos− están contraindicados si padeces de estrés crónico o algún trastorno de ansiedad.
Equipo Prensa Portal Red Salud
